La gente
cambia, eso está demostrado. Pero muchas veces para ayudar a que la gente
cambie, hacia mejor, tenemos que darles una segunda oportunidad. Hay personas
que no les dan estas segundas oportunidades, y luego, hay otras personas, más
afortunadas, que le dan estas oportunidades. Los afortunados, son los que
tienen que valorar estas oportunidades, porque otro la puede aprovechar por él.
Hay personas,
que cuando se dan cuenta que hacen las cosas mal, quieren intentar cambiarlo. En
estas ocasiones, es indispensable que la gente que le rodea le dé esta segunda
oportunidad, para cambiar o para mejorar tu vida. Muchas veces estas oportunidades
te cambian, la vida, la manera de ser o de actuar, y es en ese momento, donde
valoras lo realmente bueno de la vida.
En esta
vida, nadie es perfecto, por eso, las personas se equivocan. Ya decimos que “el
hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra“. Por eso,
la gente no es perfecta, y muchas veces necesitamos una segunda ocasión, para
hacer lo verdaderamente correcto, ya que en la primera ocasión, te has
equivocado, o no la has aprovechado.
Ya hemos
dicho, anteriormente, que las personas con estas segundas oportunidades
cambian. Es allí, donde te das cuenta de cómo es esa persona, porque ella
intenta cambiar hacia mejor, hacía una vida más perfecta. Y es allí donde ves que
la vida puede cambiar y las personas también, sólo hacen falta confiar en
ellas, para que ellas te demuestren lo que valen realmente.
En conclusión,
la vida es un camino con muchas piedras, estas piedras son los problemas o los
obstáculos que tú tienes que afrontar, a veces, no los afrontas y es allí donde
la gente tiene que darte esa segunda oportunidad, para ver tu capacidad que tienes.
Porque, todo el mundo, tiene derecho a esa segunda oportunidad, a esa segunda
ocasión de triunfar.
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